miércoles, octubre 25, 2006

tipitos que cuelgan

















el fin de semana del 11 del 11 (calculo que no será a las 11) en la casa de la cultura van a estar colgados unos tipitos que cuelgan
asi que van a estar doblemente colgados
la gente puede ir, mirarlos y hacer comentarios como:
-pero esto lo puede hacer mi hijo de 5 años!!!
o
.estan ricos los sanguches
o cosas por el estilo
ah
no sé si hay sanguches
no creo
pero es gratis
y todos amamos lo gratis

















qué opinan?
hago una mujercita que cuelgue?

domingo, octubre 15, 2006

tardecita



Sobre la baldosa flota
vuela se deshace
la ceniza de cigarrillo



El viento arremolina
en el cenicero



Así la tarde
cada mate
de sabor casi estático
suenan amarillos
los caireles



A un costado
el aloe
gotea




la tarde de esfuma
como el humo y la ceniza



una canción
no sé la letra
se me presenta
solo puedo tararearla bajito




sí sí
fue una tarde chiquita
como las reposeras tambaleantes
de mate cortito
tarde toda
hecha de mostacillas

viernes, octubre 13, 2006

martes, octubre 10, 2006

Robaiyat....Omar Khayyam


*
considera con indulgencia a los hombres que se emborrachan. Debes decirte a ti mismo que tú tienes otros defectos. Si quieres conocer la paz y la serenidad, inclínate hacia los desheredados de la vida, hacia los humildes que gimen en la desdicha, y te sentirás afortunado.

*
Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, procura ser dichoso hoy. Toma un jarro de vino, ve a sentarte al claro de la luna, y bebe, pensando que tal vez mañana la luna te busque en vano.

*
Mi nacimiento no aportó el menor provecho al universo. mi muerte no disminuirá ni su inmensidad ni su esplendor. Nadie ha podido explicarme jamás por qué he venido, ni por qué partiré.

*
oigo decir que los amantes del vino se condenarán. No hay verdades, pero sí mentiras evidentes. Si los amantes del vino y del amor van al Infierno, el Paraiso debe estar vacío.

*
¡vino! ¡vino, a torrentes! ¡que salte por mis venas! ¡que hierva en mi cabeza! Copas... ¡no hables más! Todo es pura mentira. Copas.. ¡de prisa! Ya he envejecido...

*
Brotará de mi tumba tan fuerte olor a vino, que los viandantes se embriagarán con él. Tal serenidad rodeará mi tumba, que los amantes no podrán alejarse de ella.

lunes, octubre 02, 2006

Traducción libre de un tema inédito de Chan Marshall / Luis Chaves



i
Arrancaron la hiedra.De raíz.
No les fue fácil, sin embargo.
Emplearon podadoras,
palas y guantes para no lastimarse.
Esa hiedra que tardó años en cubrir
la pared al fondo del patio.
Aferrada al concreto, parecía resistirse.
Era su territorio.
Si hubiera podido hablar
no lo hubiera hecho,
habría gritado,
no hubiera perdido el tiempo
en hacerlos entrar en razón
porque el objetivo de esta mañana
era cortarla, ver la pared lisa, perpendicular.
La hiedra dejó marcas
como huellas de ave pequeña,
similares a las que dejan en la arena
los pájaros marinos.

Tenías dieciséis en esa foto,
atrás la hiedra crecía como un cáncer.
Sin simetría, con determinación.
Dieciséis y ya sabías lo que las manos no alcanzaban,
lo que era tu nombre escrito en tinta china,
lo que era una canción repetida hasta dormir,
despertar con ella.
Sabías de esta ciudad de tullidos,
obesos y descompensados,
condenada a la pequeñez.
La hiedra nada sabía de esopero crecía detrás tuyo
en la misma foto
donde aún tenés dieciséis
y ya la pared está totalmente verde,
cubierta por la hiedra que no sabe lo que nosotros sí.
Por eso pueden cortarla de raíz,con esfuerzo pero con éxito.
Al sol le da lo mismo,
igual cae directo sobre la pared
donde no está tu sombra.
Ni la hiedra.

ii
La lluvia sobre tu nombre escrito con tinta china, ¿recordás?
Empezó a correr sobre el papel,
sin simetría, con voluntad propia.
Como lo haría una hiedra en la pared
donde alguien hubiera podido tomar una foto
a la niña de dieciséis,que ya no era niña,
obsesionada con la palabra deformidad,
dormida escuchando la misma canción
que ya es difícil precisar de dónde proviene
si de adentro o de afuera
yellow hair / you are such a funny bear
Y las cosas que crecían sin saber nada de esto.
Durmiera o no la niña, crecían, como el cáncer.
La hiedra también.Entonces el nombre se convertía en otra cosa:
una mancha negra sobre papel,
como una enfermedad
o la idea que tenemos de la enfermedad.

La hiedra en cambio
no tiene ideas.
Si se enferma, muere.
La niña tiene ideas, se enferma, muere.
Pero la hiedra estaba sana,
seguía creciendo,
empezaba a invadir la casa del vecino.
El vecino tullido que vive con su madre,
la madre obesa,
la familia descompensada
que tenemos de vecinos.
De todas formas, la cortaron de raíz
aunque estaba sana, de un verde temperamental.
No porque tuviera ideas la planta
sino por cosas que explicaría mejor un biólogo o un botánico
o tal vez la gorda de al lado
que vive hablando de su jardín,
del jardín y de la voluntad de un dios
que le envió un hijo tullido
como castigo tal vez,
por obesa,
por gorda,
por solterona,
por vecina,
por que sí.

Porque no hay razón para nada,
un día algo está sano,
la mañana siguiente lo arrancan de raíz.
Un día se tiene dieciséis
y la vida es una extensa playa en la tarde,
la arena tatuada con huellas de pájaros marinos.
Y ese momento dura lo que dura
una canción que se repite
hasta entrar en el sueño
mientras lo demás sigue creciendo,
dentro y fuera,
en silencio,
lejos de la simetría,
con determinación.